Aït Nsar (en àrab آيث انصار, en
tamazight ⴰⵢⵝ ⵏⵙⴰⵔ)
Aït Nsar es una ciudad
marroquí, pertenece a la provincia de Nador que forma parte de la region del
oriental de Marruecos. Está situada en el extremo
oeste del mar Mediterráneo y en el norte de Marruecos, a unos 12 km al norte de Nador.
Aït Nsar tiene otros nombres que se
adoptaron en los últimos tiempos, oficialmente y después de la independencia de
Marruecos la ciudad paso a llamarse Beni Ansar, arabizando la toponimia
geográfica propia del lugar, la toponimia amazigh original, coloquialmente también se le denomina Bni
Nsar, Ath Nsar, però el término más extendido es Blinsar.
Su término municipal ocupa una extensión
de 200 km² que se extienden entre los Montes de Gurugú, la MarChica y el
Mediterráneo. La ciudad limita por el norte por la ciudad rifeña de Melilla,
actualmente bajo soberanía española, por el sur se encuentra la laguna de la
Marchica, al este y al oeste, por el Mediterráneo y la montaña de Gurugú.
El clima es árido, las precipitaciones
son variables, con una media anual de 280 ml.
Con 60.000 habitantes según el censo de
2009, Aït Nsar es la la zona urbana más densamente poblada de las comarcas del
Rif, formada por las localidades de Thayzath, Ghassi, Artbiyen, Iyyassinen,
Farkhana, Barrio Chino y la área urbana de Aït Nsar.
Aït Nsar constituye en la actualidad un
notable centro económico y un importante nodo de comunicaciones en el litoral
mediterráneo, gracias al gran puerto que acoge esta ciudad, Puerto Aït Nsar
Nador, considerado uno de los más importantes de la costa mideterránia.
Su puerto y la frontera con Melilla
convierten Aït Nsar en el segundo gran punto de entrada y salida de personas de
todo Marruecos después de Tánger, y el tercero en cuanto a la exportación e
importación de mercancías tras Casablanca y Tánger.
La playa de Bocana, la MarChica y la montaña
de Gurugú son las estaciones turísticos más importantes de la ciudad de Aït
Nsar y pueblos limítrofes, pero la falta de voluntad política de desarrollo por
parte de las autoridades, las han privado de contribuir al progreso económico,
y a favorecer la creación de empleo y así impulsar la economía de esta región
tan castigada.
Con todo el potencial económico, sobre
todo el comercial, en la ciudad predomina la inexistencia de infraestructuras i
la ausencia total de las inversiones publiques y la carencia de planificación
urbanística.
Por último quiero proponer a la
ciudadanía de Aït Nsar, tanto nuestros representantes en el ayuntamiento como a
los activistas de la sociedad civil un debate sobre cambiar o no la toponimia
oficial actual de nuestra ciudad.